Principales propiedades de las semilla de chía para la salud

¿Qué son las semillas de chía?

La chía es una semilla de una especie de salvia. Se trata de una semilla comestible que proviene principalmente de la Salvia hispanica, una planta con flores de la familia de la menta que es originaria del centro y sur de México, aunque también se puede extraer de otras variantes como la Salvia columbariae, la Salvia polystachya o la Salvia tiliifolia, por lo que también se cultiva en otros lugares como Guatemala o Bolivia.

En México, de hecho, la semilla de chía se remoja en agua porque suelta una gran cantidad de mucílago (una sustancia vegetal viscosa coagulable al alcohol), y se mezcla con azúcar y zumo de limón para hacer uno de sus refrescos más característicos.

El clima tropical de la zona es el que favorece que la planta florezca. La planta alcanza los dos metros de altura y sus hojas miden entre 4 y 8 centímetros de largo. Además, en los meses más calurosos, julio y agosto, aparecen sus flores de color violeta.

¿Qué propiedades tienen las semillas de chía?

La chía es una semilla muy pequeña pero, a pesar de ello, cuenta con propiedades muy interesantes para la salud, pues reúne una gran cantidad de nutrientes:

• Tiene un elevado contenido de omega 3 y omega 6.
• Posee una importante cantidad de sustancias antioxidantes.
• Es una gran fuente de proteínas y aminoácidos esenciales.
• No contiene gluten.
• Es muy rica en fibra.
• Contiene vitaminas del grupo B.
• Es una buena fuente de hierro y calcio.

Por todas estas propiedades de las semillas de chía se le considera un superalimento, ya que cuenta con nutrientes por encima del promedio, es decir, que aporta una mayor cantidad de vitaminas, minerales, antioxidantes y otros nutrientes para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.

¿Qué beneficios tienen las semillas de chía en nuestro cuerpo?

Las propiedades nutricionales de las semillas de chía hacen que tenga numerosos beneficios para nuestra salud:

• Su alto contenido en ácidos grasos esenciales ayuda a absorber mejor las vitaminas, lo que mejora el funcionamiento de los órganos vitales y contribuye a la prevención de enfermedades cardiovasculares, pues también mantiene a raya los niveles de colesterol.
• Por sus sustancias antioxidantes, tiene también propiedades antiinflamatorias, antivirales y anticancerígenas, entre otros beneficios.
• Al ser ricas en fibra, las semillas de chía tienen beneficios para bajar de peso y para evitar enfermedades como la diabetes tipo II, ya que regula los niveles de glucosa en sangre. Además, en el primer caso, es saciante, por lo que permite controlar el hambre.
• Ayuda a la salud de los huesos, porque estimula la absorción de calcio.
• Es apto para todo el mundo, porque es de fácil digestión, no contiene gluten (ideal para personas celíacas) y es de origen vegetal (por lo que puede ser consumido por personas vegetarianas).

Por todo ello, las semillas de chía son un alimento muy recomendable para todos, especialmente en embarazadas, durante la etapa de crecimiento, para evitar pérdidas de memoria, cuando se sufre de obesidad, celiaquía o diabetes, en personas con cáncer, etc. Sin duda, es una de las 5 semillas que debemos incluir en nuestra dieta.

¿Cómo incluirlas en nuestra dieta?

Dadas las propiedades de las semillas de chía, resulta interesante introducir este superalimento en nuestra dieta. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo se come la chía?

• El modo más común de comer chía es mezclando las semillas con agua, zumo o algún alimento líquido, pues tienen la capacidad de absorberlo rápidamente.
• Se pueden comer crudas, combinadas con muchos alimentos, por lo que se pueden hacer desayunos con avena y con yogur o en guisos.
• Puedes espolvorear la chía en una ensalada y, al mezclarse con alimentos secos, tendrán una textura crujiente.
• Es posible comer la chía cocida. Luego se muele y se utiliza como harina, para añadir el pan o a algún producto de repostería como galletas o magdalenas.

Por tanto, las semillas de chía se pueden agregar a bebidas o a platos salados y dulces. Pero, ¡mucho ojo!, porque no está aconsejado su consumo en personas que toman anticoagulantes ni en personas de edad avanzada, pues reducen la presión sanguínea, por lo que tampoco son recomendables si se consumen medicamentos para la presión arterial.